



El asombroso árbol de mango (mangifera indica) es mucho más que una simple fuente de mango—es un ser viviente y hermoso que retribuye al planeta y a las personas que lo cultivan todo lo que recibe.

Ese jugoso mango que tiene en su plato fue, en algún momento, una pequeña flor aromática en un árbol de mango—un árbol que duró aproximadamente seis años para empezar a dar mango. Algunos árboles pueden vivir y dar fruto por hasta 300 años.
¡Se necesitan alrededor de 120 días para que el mango se transforme de una pequeña flor a una superfruta madura y lista para comerse!

Más de 1,200 variedades de mango se cultivan en todo el mundo. Los árboles varían en su tamaño. Los más pequeños crecen hasta una altura de ocho pies mientras que los árboles de mango más grandes pueden llegar a alturas de 60 a 100 pies con una cubierta que se puede extender hasta 35 pies. El árbol de mango más popular y cultivado (Tommy Atkins), alcanza una altura de aproximadamente 12 pies. Las hojas de un árbol de mango son largas y correosas. Tienen un color verde oscuro y una longitud aproximada de cinco a 16 pulgadas, con distribución alternada en ramas delgadas y leñosas. Los árboles de mango florecen bajo condiciones soleadas, de altas temperaturas, y con suelos ricos en composta que están bien drenados y se secan rápidamente.
Cuando está listo para cosecharse, el mango maduro generalmente se corta a mano y se transporta rápidamente a plantas de empaque locales. Esta fruta deliciosa y fresca se trata con la máxima delicadeza. Cuando se encuentra en la planta de empaque, la fruta se somete a pruebas de inspectores, lavado y clasificación del calibre, y posteriormente se carga en cajas de cartón especializadas que cuentan con las debidas características de flujo de aire y protección para su próximo embarque.


La selección de un mango perfecto depende del tacto, y no del color. Denle un ligero apretón a su mango para determinar su nivel de madurez. Si se siente ligeramente blando con el tacto, ¡encontraron su mango ideal! Rebanarlo es igualmente sencillo y solo requiere de tres pasos: cortar los lados, hacer cortes en la pulpa hasta formar un patrón cuadriculado, y cucharear la pulpa para extraer los cubitos. ¡Felicidad instantánea!





