Botánicamente, el mango es una drupa, que consiste en una piel exterior, una porción carnosa comestible y una semilla central que encierra una sola semilla, también llamada fruto de hueso, como una ciruela, cereza o durazno.
¿De dónde vienen los mangos? Los mangos se cultivaron por primera vez en India hace más de 5,000 años.
Las semillas de mango viajaron con los humanos desde Asia hasta el Medio Oriente, África Oriental y América del Sur a partir del año 300 o 400 d.C.
El patrón de cachemira, desarrollado en India, está basado en la forma de un mango.
En India, una canasta de mangos se considera un gesto de amistad.
El mango es un símbolo de amor en India.
La leyenda dice que Buda meditaba bajo la fresca sombra de un árbol de mango.
Los mangos están relacionados con los anacardos y los pistachos.
Se sabe que un mango maduro tiene un 14% de azúcar en peso y un 0.5% de ácido en peso, con una relación azúcar-ácido de 28.
Los exploradores españoles llevaron mangos a América del Sur y México en el siglo XVII. El primer intento de introducir el mango en los EE.UU. fue en 1833 en Florida.
El nombre de la especie del mango es Mangifera indica, que significa “una planta india que da mangos”.
La corteza, las hojas, la piel, la pulpa y el hueso del mango se han utilizado en remedios populares durante siglos.