Mangomanía de China

Antes de la década de 1960, el tejido cultural de China no tenía hilos de influencia del mango. Después de la Revolución Cultural del presidente Mao, el mango sin pretensiones se convirtió en un ícono de Mao, incrustándose rápidamente en la base de la cultura china.
 
En 1968, el ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Syed Sharifuddin Pirzada, le regaló mangos al presidente Mao como gesto diplomático. A su vez, el presidente Mao entregó aproximadamente 40 de los mangos a los trabajadores de Mao Zedong Propaganda en Beijing como un gesto de gratitud por su lealtad.
 
El contexto de este gesto llevó a los seguidores a idealizar la fruta desconocida y a lo que históricamente se conoce como “fiebre del mango”. Como nunca antes había visto uno, el mango dorado se convirtió en un símbolo del liderazgo del presidente Mao y los trabajadores celebraron el regalo exhibiéndolo.
 
Días después, el mango comenzó a pudrirse y la fruta fue pelada y hervida. A continuación, se suministró el agua a los trabajadores a cucharadas. A continuación, se crearon réplicas de mango a partir de cera y se consideraron lealtad al presidente Mao.
 
Hoy, los mangos han perdido gran parte de su simbolismo en China. Sin embargo, la producción de mango sigue creciendo en China, donde se cultivan y exportan muchas variedades no autóctonas del país. Los chinos comparten un amor cada vez mayor por la fruta del mango y compiten por convertirse en un importante proveedor mundial. La demanda de mangos continúa inspirando la producción de China y la producción general de esta deliciosa fruta.