1. Corte los cachetes de mango de la semilla, luego corte longitudinalmente en rebanadas de ¼ de pulgada. Corte cualesquier fruta restante de la semilla.
2. En un tazón para revolver, recubra las rebanadas y pedazos de mango con 1 cucharada de sal de mar, luego divídalos para llenar 3 frascos de cristal de 1 litro.
3. Cierre los frascos y agite ligeramente para distribuir la sal en forma más equitativa. Coloque los frascos en un lugar soleado o en el umbral de una ventana por 4 días para liberar el líquido del mango.
4. Al final de este período el mango debe tener un color amarillo muy claro, y se deben de haber formado burbujas como resultado de la fermentación.
5. Agite los frascos algunas veces al día para asegurar que el mango se mantiene recubierto en su propio jugo.
6. Después de 4 días, drene el mango y guarde el líquido. Seque el mango en toallas de papel por unas horas.
7. Caliente el aceite de canola en una olla a fuego alto, luego agregue todas las especias; cueza y revuelva en forma constante durante 20-30 segundos, hasta que todas las especias empiecen a abrirse y tostarse.
8. Reduzca el fuego por la mitad y agregue el líquido guardado, vinagre y miel de abeja; cueza por 30 segundos. Luego agregue el mango y ajo picado fino; cubra la olla y cueza por 2 minutos. Remueva del fuego y enfríe por completo.
9. Transfiera a una licuadora y pulse para formar una salsa ligeramente suave/grumosa con piezas pequeñas. Vierta la mezcla en un recipiente limpio con tapadera sellada. Amba se puede mantener refrigerado durante 6-8 semanas.

Receta cortesía del Chef Dave Woolley